Reyno de Navarra
Ruta de Castillos y Fortalezas.
Hubo una época en que existió un Reino llamado Navarra, donde agricultores y ganaderos habitaban en pequeñas aldeas. Su sitaución fronteriza, hizo que los sucesivos reyes medievales se consagraran a la construcción de plazas-fortaleza, recintos amurallados, atalayas y castillos, por la necesidad de protegerse de las incursiones musulmanas, primero, y de los ataques de reinos vecinos, después. De norte a sur y de este a oeste, Navarra desplegó su defensa a base de fosos, matacanes, sateras, garitas y puentes levadizos.
A pesar de contar con un interesante legado fortificado, que integraba más de un centenar de bastiones defensivos, Navarra fue perdiendo sus castillos y fortalezas poco a poco. Las guerras con Castilla y la lucha fratricida entre beamonteses y agramonteses provocaron la ruina de parte de ellos y la definiva conquista, en 1512, de la mano de Fernando el Católico, supuso el derribo de otros.
La Ruta de los Castillos y Fortalezas de Navarra propone cuatro recorridos por 19 puntos estratégicos para conocer algunos de los episodios más importantes de la vida de Navarra.
Los Pirineos, por el Norte.
Una espléndida construcción nos espera en Donamaria, la Casa Torre Jauregia es un plalacio gótico de estructura rectangular, es prototipo de las torres de linaje de la Navarra Altántica propias de los siglos XIV y XV. El Castillo de Amaiur / Maya, donde se refugió la última resistencia navarra a la conquista de Castilla, recientemente ha realizado excavaciones que han sacado a la luz la planta de la fortaleza medieval y del fuerte renacentista del siglo XVII. En Irurita entontramos el Palacio Jauregia, un palacio “Cabo de Armería” de los siglos XIV y XV, cuyo valioso patrimonio interior que permite comprender la forma de vida de los baztaneses a lo largo de la historia.
La Comarca de Pamplona.
El conjunto fortificado de Pamplona, de los siglos XVI-XVIII, es uno de los recintos abaluartados mejor conservados de Europa y está declarado Monumento Nacional. Se conservan tres cuartas partes del perímetro amurallado, que permiten un recorrido de 5 kilómetros. Uno de sus hitos es la Ciudadela, construida en 1571 por orden de Felipe II y considerada el mejor ejemplo de arquitectura militar del Renacimiento español. En el Castillo de Tiebas se conservan restos de la construcción que el monarca Teobaldo I de Champaña mandó construir entre 1253 y 1270, de estilo gótico francés, fue residencia real, archivo de la cancillería y prisión.
La Zona Media.
En Olcoz se encuentra una magnífica torre fortificada que data del siglo XVI, el palacio de cabo de armería conserva saeteras y modillones del antiguo matacán. Una visita imprescindible es el Castillo – Palacio de Olite, el Palacio Viejo, era en el silgo XIII residencia de los monarcas de la Casa de Champaña, aunque la parte más significativa es el Palacio Nuevo, construido por Carlos III el Noble en el siglo XV, con uno de los alcázares góticos más interesantes de Europa, con elegantes torres y bellas arquerías. Declarado Monumento Nacional en 1925.
Hay otros ejemplso de construcciones defensivas, como el recinto fortificado del Cerco de Artajona del siglo XI, que conserva nueve torres y dos portales. A escasos kilómetros se encuentra Ujué, con una iglesia – fortaleza del siglo X, cuyo rasgo principal son su torres almenadas, pasos de ronda y robustos contrafuertes.
En Sangüesa se puede ver el Palacio fortificado del Principe de Viana, del que se mantiene la fachada posterior con dos torres almenadas prismáticas con saeteras. Dañado tras la conquista, fue restaurado en 1949 y en 1965. Muy cerca. el Castillo de Javier, una fortaleza del siglo X, y que fue erigida sobre roca viva. Parcialmente demolido por orden del cardenal Cisneros en 1516, hoy alberga un museo.
En el medievo, Estella – Lizarra contaba con un castillo con tres fuertes además de las iglesias – fortaleza de San Pedro de la Rúa y San Miguel, y un recinto defensivo del que quedan algunas zonas interesantes, como la Puerta de San Nicolás o de Castilla, restauada en 1991. Cerca, en Villamayor de Monjardín, se encuentra el Castillo de Monjardín, que fue fortaleza musulmana de los Banu Qasi. En el interior se conserva la capilla de la Santa Cruz y un aljibe abovedado de gran capacidad.
Por último, en Viana, que por su situación fronteriza estuvo rodeada de un recinto amurallado con torres. Conserva parte de sus muros, torres y portales de acceso. Un recordatorio de su ajetreado pasado histórico como plaza defensiva frente a Castilla.
En la Ribera.
Se encuentra el Castillo de Marcilla que se salvó de la demolición gracias a la intervención de la marquesa Ana de Velasco. Es un Palacio Gótico con muros de ladrillo, matacanes, torres, foso y puente de acceso. En él, según la tradición, se guardó la espada Tizona del Cid emperador.
En el recinto amurallado de Rada destaca, junto con el torreón que domina el conjunto y un tramo de la muralla con dos torres, la pequeña iglesia románica, del siglo XII, en cuyo interior se exhiben paneles y materiales arqueológicos de los siglos XIV y XV.
En Santacara están los restos del castillo que la defendía en el siglo XIII, que fue derribado tras la conquista. Con su imponente altura, de casi 30 metros, permite imaginar cómo era en época medieval y constituye un importante resto de la arquitectura militar navarra.
La torre Monreal y el Conjunto Monumental de Tudela, capital de la Ribera, es un edificio defensivo del siglo XIII en elque se integra la única evidencia de la época medieval, el aljibe, un depósito subterráneo destinado a guardar agua.
Por último, en Cortes se puede visitar el astillo que fue adquierido por Teobaldo I en 1234. Restaurado a finales del siglo XIV, está rodeado por una muralla aspilleraza con pequeñas torretas de ladrillo.
Algunas de estas fortificaciones resistieron el paso del tiempo y los avatares de la historia, llegando hasta nuestros días como testigos perpetuos de nuestro pasado.
Cortesía:
- Departametno de Cultura, Turismo y Relaciones Institucionales.
- Oficina de Turísmo. Gobierno de Navarra
- www.turismo.navarra.es