Lisboa, la ciudad blanca
La historia del Carmo, tiene algunos puntos fascinantes de la historia de la ciudad, como el Convento y la Iglesia do Carmo que mantienen su elegancia e impotencia. Allí podrá visitar las ruinas, pero también el Museo Arqueológico do Carmo, que incluye un conjunto de piezas prehistóricas, romanas, medievales, renacentistas y barrocas.
El Lago do Carmo es también un lugar emblemático de la historia portuguesa reciente, al haber sido escenario de la revolución de los claveles, en abril de 1974. Entre el Carmo y la Baixa existe un monumento fundamental de la ciudad, el Elevador de Santa Justa, un ascensor vertical que permite una bellísima visita sobre el Baixa.
Y a en la Baixa, tradicional centro comercial de la ciudad, es un lugar único para pasear. Este barrio, construido con una métrica ejemplar después del terremoto de 1755, se debe a la iniciativa del Marqués de Pombal, designándose por esta razón en Baixa Pombalina. La rua Augusta es la arteria principal que une Terreiro de Paco con la bellísima Plaza del Rossio.
Si seguimos subiendo, encontraoms lso miradores de Santa Lucía y de Portas do Sol. Para finalizar, nos dirigimos al Castillo de S. Jorge, lugar donde comenzó la historia de la ciudad.
Este es uno de los monumentos más visitados, no sólo por su importancia histórica y cultural, sino también por la magnifica vista que ofrece sobre Lisboa.
Descendiendo hasta Santa Apolonia y recorriendo esa zona ribereña, encontramos la Casa dos Bicos, del siglo XVI, con una peculiar fachada tallada en punta de diamante. A su arquitectura, con influencias italianas y elementos de estilo manuelino, se une la importancia de haber pertenecido a Alfonso de Albuquerque, virrey de la India, y por haberse encontrado vestigios arqueológicos romanos.
Por encima de