¿Arrasará ROMA en los Oscars? Conversando con Alfonso Cuarón a cuatro días de la gran noche
© Dave J Hogan
La primera vez que escuché el nombre de Alfonso Cuarón fue en el año 2001, a propósito del estreno de la road movie, Y tu mamá también, su primer éxito internacional, con el cual comenzaría a conectar con una legión de fans en México y otros países del mundo. Dos jóvenes mexicanos de clases sociales diferentes (interpretados por los actores, Gael García Bernal y Diego Luna), inician una aventura que les cambiaría la vida, en la búsqueda de una playa ficticia, llamada La boca del cielo, junto a una atractiva mujer que despierta el deseo de ambos, pero calla la verdad sobre su vida. Cuarón nos mostraba así al México de principios del siglo XXI, sus contradicciones e innegable belleza.
Diecisiete años después, y películas como Harry Potter y el Prisionero de Azkaban, Children of Men, y Gravity -por la cual ganó el Oscar a Mejor Director-; nos presenta ROMA, la cinta que figura como la más importante de su filmografía hasta la fecha por muchas razones. El drama de Cleo, la empleada doméstica de una familia de clase media alta, que habita en la colonia Roma de la Ciudad de México, transcurre en los convulsos años setenta del país norteamericano, marcados por el malestar de distintos sectores sociales.
ROMA es también una cinta con tintes autobiográficos. El personaje principal, interpretado por Yalitza Aparicio (nominada al Oscar en la categoría de Mejor Actriz), está basado en Liboria Rodríguez (llamada cariñosamente Libo); su nana, uno de los seres que más ha querido, como declaró al periodista Juan Carlos Arciniegas en CNN en español. La película representa un homenaje a la vida de esta mujer oaxaqueña, y un retrato del clasismo y el racismo que ha marcado a la sociedad mexicana desde hace décadas, y que hoy abre un debate con respecto al trato y las condiciones que se le da a las empleadas domésticas en el país. “Este filme no tiene nada que ver con lo que hice antes, es el primero en el que decidí ser absolutamente libre”, nos comentó en Berlín, en marco de un evento del programa de mentorías de Rolex, en el que Cuarón acompañó la formación del brillante cineasta indú, Chaitanya Tamhane.
Con una lista de mentores desconocidos por el gran público, como los cineastas mexicanos José Luis García Agraz y Luis Mandoki, Cuarón guarda buenos recuerdos de las conversaciones y los consejos que recibió de Sydney Pollack. Asimismo, la estrecha amistad con lo une a sus colegas y compatriotas, Alejandro González Iñárritu y Guillermo del Toro, ha supuesto un diálogo abierto sobre cine que aún se mantiene. “Hemos sido mentores uno del otro, nos hemos acompañado a lo largo de estos años”. Lo cierto es que este trío de cineastas ha sabido derribar todas las barreras para ganarse un lugar en la historia del cine contemporáneo. Alejandro González Iñárritu obtuvo el Oscar como Mejor Director durante dos años consecutivos, en 2015 por Birdman, y en 2016 por The Revenant; mientras que Guillermo del Toro, se llevó en 2018 el Premio de la Academia a la Mejor Película y al Mejor Director por La forma del agua. Se dice fácil, pero en los últimos seis años, estos tres directores latinoamericanos se han alzado con los premios más importantes del mundo del cine con sus proyectos.
Este domingo, Cuarón podría volver a hacer historia si logra llevarse por segunda vez el Oscar como Mejor Director, y la estatuilla más codiciada de la noche. Sería la primera vez que una cinta de origen latinoamericano, hablada en español y mixteco (lengua indígena mexicana), ganara el Premio de la Academia a la Mejor Película. En un momento en el que el gobierno de Donald Trump puja por reunir los recursos para construir un muro en la frontera entre México y Estados Unidos, promovido curiosamente por el racismo que es señalado en ROMA, este galardón sería cuando menos histórico y reivindicador.
En el currículo de Alfonso Cuarón aparecen 17 créditos como director; sin embargo, el cineasta de 57 años no es de los que filma una película tras otra. Luego del éxito de Y tu mamá también en 2001, se estableció fuera de México y sorteó las jugadas de la industria para poder hacer cine en sus propios términos. “No soy de los que cree que adaptarse (al mercado) sea algo bueno, pero en mi caso tiene que ver con sobrevivir. Admiro a los cineastas que han decidido no adaptarse para seguir sus propias reglas. Y yo también lo he hecho… No me gustaría hacer una película que no sea mía”, afirma.
ROMA fue producida por Netflix y, tras todo el revuelo mediático que ha generado, abrió nuevamente el debate que inició Pedro Almodóvar en la edición 70 del Festival de Cannes, con estas declaraciones: “Mientras siga vivo defenderé algo que muchos jóvenes ahora no conocen y que es la capacidad de hipnosis que tiene una gran pantalla frente al espectador”. Hay que decir que ROMA fue estrenada primero en cines independientes de México antes de su estreno en la plataforma de streaming, el 14 de diciembre de 2018. Y la verdad es que solo en una sala de cine se puede apreciar la cinematografía de Cuarón y el extraordinario diseño de sonido de la película. “Es increíble lo relevante culturalmente que fue el cine en el pasado; no mediáticamente, no por los Oscars u otro tipo de eventos. Fue parte de las discusiones de la gente. Se veía cine de Hollywood, pero, también de Bergman, Visconti, Pasolini… Eran tiempos más diversos (…) Estuve triste sobre el futuro del cine, pero ahora sé que va a prevalecer. Estamos en medio de una transición”, expresa.
Desde luego, la tecnología ha tenido un rol fundamental en todos los cambios que el mundo del cine y las audiencias han experimentado, pero Cuarón no es de los que piensa que las nuevas herramientas con las que hoy se cuenta cambien las bases del séptimo arte. “Lo que prevalece en mis películas son los principios del cine, no la tecnología. No soy una persona tecnológica. Aunque no lo creas, a veces le pido ayuda a mi asistente para poder descargar cosas de Internet (…) Esta puede ir y venir, pero a la final lo que importa es la vida. La tecnología es solo un medio que converge con la vida, nada más”, asegura el director de Gravity, una de las cintas con los mejores efectos visuales de la última década.
En esta temporada de premiaciones, Cuarón ha ganado dos Globos de Oro y cuatro BAFTA, y ROMA tiene 10 nominaciones al Oscar, pero pese al estatus que hoy ostenta como cineasta global, se siente parte de una minoría que lucha por más transformaciones a favor de la representación y la inclusión de más voces en la industria. “Las mujeres han empezado este movimiento y a ellas le debemos los cambios que estamos viviendo; y la idea es seguir empujando por estas transformaciones”. Recientemente, su verbo político se unió a los reclamos de Guillermo del Toro y el “Chivo” Lubezki ante la decisión de la Academia de entregar las estatuillas a Mejor Fotografía, Mejor Edición, Mejor Cortometraje y Mejor Maquillaje durante los cortes comerciales de la ceremonia del domingo 24 de febrero por considerarlas esenciales. “Ahora mucho del cine que se consume son películas nominadas a los Oscar, pero te hace pensar sobre el resto del cine que no hace feliz a la Academia. Películas más retadoras y más evolucionadas que no entran dentro de la narrativa del mercado. Un buen ejemplo es la cinta La región salvaje, que ganó el León de Oro en el Festival de Venecia de 2016 a la Mejor Dirección para el cineasta mexicano Amat Escalante… La película tuvo que esperar dos años a para ser distribuida en México, y otras cintas mexicanas se han visto afectadas por esta monocultura que afecta la distribución de las películas”, reclama.
“ROMA es, en todo sentido, una pintura mural, un fresco enorme”, expresó Guillermo del Toro en su cuenta de Twitter. Una cinta que, si bien expone un drama racial y clasista muy mexicano, no está ajeno a lo que ocurre en muchas partes del mundo. También es el proyecto con el cual Cuarón ha podido expresarse como nunca antes. “No queremos hacer filmes para sobrevivir, queremos hacerlos para prevalecer, para expresarnos y ser libres”, concluyó. Este domingo es muy probable que la gloria lo vuelva a visitar, y con esta se inicie una nueva página en la historia del cine.
Fuente: vogue.mx