Depresión y nutrición
Por: Giselle Sarquis
La depresión clínica es un trastorno del estado anímico en el cual los sentimientos de tristeza, pérdida, ira o frustración interfieren con la vida cotidiana durante un período de tiempo prolongado.
El diagnóstico de depresión está indicado por cuatro de los siete datos siguientes: cambios de sueño, pérdida de interés, culpabilidad, disminución de la energía, cambios en la concentración, cambios del apetito, cambios psicomotores o tendencia suicidas.
Un aspecto presente en la depresión es la ansiedad la cual casi todas las personas pueden llegar a experimentarla, los pacientes con ansiedad pueden presentar síntomas físicos como fatiga crónica, palpitaciones, falta de aire, dolor en el pecho trastornos del sistema digestivo (náusea, diarrea), aumento o disminución del apetito.
La falta de ciertos nutrimentos en la alimentación está relacionada a la aparición de episodios de ansiedad. Entre
ellos están: vitamina B12, calcio y magnesio.
La ansiedad también se puede presentar en dietas abundantes en alimentos procesados, hidratos de carbono refinados como dulces, pan blanco, repostería.
Por todo esto los objetivos de la nutrición en la depresión son el proporcionar ingesta nutricia adecuada, vigilar
el peso cada semana para evaluar el estado, detectar complicaciones sugeridas por la pérdida de peso, evaluar los
hábitos alimentarios usuales y los problemas relacionados, entre los que se pueden incluir soledad, aburrimiento, falta de interés o malos hábitos de sueño.
Existen estudios que comprueban que una buena combinación de nutrimentos, como Ácidos grasos polinoinsaturados como el tipo Omega 3, nutrimentos inorgánicos como el zinc, el magnesio, el hierro y vitaminas antioxidantes como la vitamina C y la vitamina E tienen un riesgo menor de desarrollar problemas de salud mental, tales como déficit de hiperactividad y atención, varios tipos de depresión.
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