María Juncal – Flamenco al natural
Por: Lorena E. Vazquez-Mellado.
Nacida en el seno de una familia de sangre flamenca, los Borrull, María Juncal inició su trayectoria estudiando ballet y danza clásica española en Santa Cruz de Tenerife. En Madrid complementa su formación en danza clásica con Dagmara Brown. Tras varios años de perfeccionamiento, presentaciones y giras internacionales a lado de famosas las compañías destaca como solista en ‘Pura Pasión’, producido por Joaquín Cortés y en ‘Musa Gitana’ de Paco Peña.
Ahora, en entrevista exclusiva para Puebla Life, María Juncal nos habla de Flamenco Natural, su más reciente producción, con la que se consagra como una de las mejores bailarinas de flamenco en el mundo.
—Tú más reciente producción se titula “Flamenco al Natural” ¿Por qué llamarla así?
—Porque justamente con tantas horas de estudio, tantas horas de verse al espejo, de hacer una búsqueda y de negarme a no ser yo; el baile va sucediendo ya naturalmente. Se convierte en una forma muy satisfactoria, muy cómoda, muy serena. Es decir… la constante búsqueda de ser siempre María.
El proceso de aprendizaje debe ser todo el tiempo, yo sigo siendo alumna, pero ahora de mis propias bases, de mis propios gestos. Por los ojos hay acceso a mucha información, por eso evito ver videos de compañeros o colegas. Siempre procuro estar muy limpia en ese aspecto para ser María, muy yo. Siendo así, efectivamente se fragua algo importante de manera que, después de 8 a 9 horas diarias delante de un espejo bailando, se convierte casi en mi primer lenguaje de comunicación; muy sincero. Es muy natural lo que me sucede ahora cuando bailo flamenco. Es –por poner un ejemplo– lo que les pasa a los gitanos cuando tocan la guitarra; la tocan y prácticamente nadie les enseñó. Un niño de cuatro años toca la guitarra y te preguntas con asombro; quién le enseñó a poner ese acorde.
Pues un poco de eso me ha ido sucediendo con el baile y de pronto estoy ahí y surgen cosas de manera muy espontánea.
—“Flamenco al Natural” cante, toque y baile con palos como Siguiriyas y Soleá ¿cómo logras transmitir el sentimiento de palos con cargas emocionales tan fuertes?
—Es importante que lo que suceda en escena me genere emociones.
Es decir, para llegar a una expresión y transmisión total de un palo con fuerte carga emocional –por cierto complejo– recurro a emociones que surgen del ambiente que se genera ahí mismo y en ese momento.
Indudablemente no parto de recuerdos de cargas emotivas similares. Esa es la fórmula, sentir el instante para interpretar. Quiero decir, escucho una guitarra, eso descubre en mi una emoción intensa, una emoción que vivo
en el momento. Por eso todas las introducciones de mis presentaciones son largas; por eso siempre hay una atmósfera que es creada antes de salir a escena; porque yo me nutro de eso para despertar, para transmitir
lo que siento y lo que voy a dar para sentir. En el espectáculo también bailo por alegrías, me la paso muy bien y me río a carcajadas. Hay veces que me digo; María, el público va a pensar que algo extraño te sucede, porque no sonrío, me río. He ahí un gran contraste en escena entre una Siguiriya, una Soleá y unas Alegrías.
“Estuve en el “Café de las Chinitas”,
en el “Corral de la Morería”, y luego
la vida me fue devolviendo cosas muy
bonitas porque al tiempo trabajé en el
cuerpo de baile del maestro Güito”
—En todos los sentidos, el Flamenco se considera de una complejidad y riqueza importante ¿cómo es percibido en una cultura como la Mexicana?
—Efectivamente el flamenco es de gran complejidad y riqueza cultural, y como tal lo aprecia el que tiene conocimiento. Pero también creo que existe un poquito de confusión con lo que se conoce como Pop Flamenco,
que dista mucho de lo que es realmente el flamenco. Por ejemplo, la Soleá y la Siguiriya tienen un proceso histórico grave. Un proceso histórico que se empieza a desarrollar en un contexto socioeconómico y cultural en una España con mucha hambruna, conflicto y persecución. En una España en la que comienzan a emitirse decretos en contra del pueblo Gitano, igual que en contra del pueblo Judío, en fin… Entonces como en un caldo de cultivo se dan fenómenos sociales en los que estos grupos sociales que eran excluidos encuentran en el cante una forma de comunicación. A los gitanos los metían a las galeras, los metían en prisión en menos de lo que cantaba un gallo. Las madres de los prisioneros aguardaban en el Puerto de Santa María a que el barco pasara para poder ver a su hijo por el ventanuco de la galera. El flamenco mucho tiempo después se desarrolla como un estilo artístico, pero tiene sus orígenes ahí, en el dolor y también en todo lo contrario; en la fiesta, necesaria para huir de la pena. Entonces,
dista mucho de ese Pop Flamenco que nos encanta a todos bailar un ratito en una discoteca. Técnicamente es complicadísimo, tanto en el baile y en el cante como en el toque.
—El Flamenco suele ser para los Gitanos una forma de vida; es desayunar, comer y cenar ¿qué es para ti el Flamenco?
—Yo digo que sí a la vida y digo que sí al flamenco; no los separo.
Actualmente es mi vida, pero no porque viva todo el tiempo en el Flamenco si no porque eso me da vida; me insufla vida. El día que no bailo me siento triste, me falta algo y no es un pensamiento, se manifiesta físicamente. Siento el cabello más áspero, la cara pálida, estoy distraída. Y cuando me voy al estudio y comienzo a bailar, de repente recobro el color, el brillo, todo. Los que nos dedicamos a esto, creo que nos convertimos en unos adictos, por la misma energía que nos transmite, de las mismas sustancias que generamos. El gitano que lo vive en su familia, en su cuna, tiene un plus. Ellos se levantan cantando, se levantan con el soniquete, porque así son; así viven. He estado en casa de una familia Gitana y el soniquete está ahí, a flor de piel. Yo lo he vivido de otra manera, pero hoy en día lo siento tan mío como ellos.
—Algunos críticos en la materia afirman que tu baile conserva tintes puristas que a la vez son mezclados con danza contemporánea, desde tu experiencia ¿cómo describes tu interpretación?
—Entiendo por contemporáneo que estamos en el flamenco actual; el que los bailadores del siglo XXI interpretamos con las tendencias actuales.
Por ejemplo, la música evolucionó, quiero decir, caminó muchísimo. Por ejemplo, la guitarra flamenca se ha revolucionado a partir de Paco de Lucía y, hoy en día, un bailador no puede bailar como bailaba antes porque
se queda corto. Entonces tienes que rebuscar y buscar rítmicamente.
Sucede que en la actualidad no se entienden los patrones rítmicos de los nuevos creadores musicales, pero increíblemente encajan en la rítmica flamenca y, entonces, llegas al cuestionamiento del cómo o dónde está
la base o el soniquete. Somos bailadores del siglo XXI y como tal es válido experimentar, pero en mi caso creo firmemente que mi baile viene de una fuente muy flamenca. Por ejemplo, en Ana Frank he tenido que
experimentar, pero no me he ido al lado del contemporáneo, llamémosle abstracto, he recurrido más al punto de la Neodanza. Busco la manera de dar una nueva forma o deformar algo que yo ya tenía del flamenco. Mi estética en escena deja claro que soy una bailadora flamenca, de eso no tengo la menor duda.
—En un sentido musical el Flamenco ha tenido renovaciones importantes representadas, por nombrar algunos, Camarón de la Isla, Paco de Lucía y Enrique Morente. En el baile Flamenco ¿quién, desde tu punto de vista, ha sido innovador sin perder la esencia de este arte?
—Por ejemplo, Antonio Gades, que sigue teniendo récord en funciones, sin ser estrictamente tan flamenco dio pasos importantísimos porque involucró el teatro con la danza flamenca con obras tan maravillosas como Carmen y Fuente Ovejuna. Por otro lado, Carlos Saura con Bodas de Sangre se implicó muchísimo y lleva al flamenco al cine; un paso fundamental. Si nos vamos un poco atrás en el tiempo, creo que Carmen Amaya revolucionó para las mujeres el flamenco. Dejó clarísimo que no habían límites, que podíamos abrir otras puertas; la puerta de la fuerza del género, del temperamento, de la virtud de ser mujer. Más adelante un exponente que marca una etapa, que es un parteaguas, es Joaquín Cortés. Creo que Joaquín abre el camino del Flamenco a las masas, siguiendo un poco la estela de Antonio Gades, en el formato no en el contenido. Joaquín lleva a unas bailarinas que eran modelos en escena, con un vestuario que hasta entonces no se había visto, con una orquesta flamenca en vivo y con una iluminación roquera prácticamente. Crea una fórmula diferente, pero muy exitosa y de gran calidad.
—Después de la presentación de Flamenco al Natural en el Teatro de la Ciudad ¿qué sigue, qué planes tienes?
—Lo que sigue es la presentación los días 6 y 7 de noviembre en el Teatro de la Ciudad, de todo el trabajo que hemos estado realizando con el Reality Show de televisión por internet; “Bailando Flamenco”. Al paralelo un proyecto que es un motor que impulso a pedales; la puesta en escena de “El encierro de Ana Frank” que si Dios quiere, se estará
presentando en el 2014 en la Ciudad de México.
“Al no ser Gitana me ha costado
mucho trabajo ganarme el respeto,
pero lo he logrado”
MARÍA JUNCAL
Bailadora de Flamenco nacida en Las Palmas de Gran Canaria proviene de una familia Gitana por la parte materna; los Borrull. Inicia su sus primeros pasos de baile a los nueve años motivada por su tía abuela, Trini Borrull, propietaria de una academia de Danza en la Isla. Poco tiempo después, María muestra una evidente facilidad por la danza. Al mudarse al otro lado de la isla, comienza a asistir a una academia de danza en la que es seleccionada para bailar de manera profesional. A los 17 años conoce a Cristobal Reyes (tío de Joaquín Cortés) quien le ofrece su primer contrato en Madrid. Estando en la capital Española comienza otra fase de su preparación; la escuela de danza Flamenca Amor de Dios.
Merche Esmeralda, La Tati, Güito y Ciro, son algunos maestros que fueron complementando su formación. Su primera gira en el extranjero fue en Estados Unidos y posteriormente se suma a otras más en las compañías de José Greco, Manolete, Güito y la National Theatre Company of New York, en las que participa al lado de personalidades como Milagros Menjíbar y La Tati en el espectáculo “Campanas Flamencas”. Destaca como solista en “Pura Pasión”, producida por Joaquín Cortés, en “Musa Gitana” de Paco Peña y junto a Debbye Allen, bailarina y actriz de la serie “Fama. Su espectáculo “Azabache y Miel” y, posteriormente, su actuación en la ópera “Carmen” en el año 2003, la consolidan como bailaora de éxito en Ciudad de México, Guadalajara y Madrid. En el 2004 recibe el Premio Nacional
Antonio Gades del Concurso Nacional de Córdoba. Posteriormente, presenta en México y España los espectáculos “Instantes” y “Jarocho”, bajo la dirección de Richard O’Neal y director asistente de “Riverdance” quien la invita a participar en dicha producción compartiendo escenario con Lola Greco y Rafaela Carral. Riverdance y sus alcances terminan por darle una proyección internacional contundente.
« Cada vez que estoy por salir al escenario, vienen
recuerdos de mi vida en Canarias y todo lo que he
pasado para estar hoy donde estoy »