Detrás de los históricos Lavaderos de Almoloya hay un bar inspirado en el México antiguo
Los Lavaderos de Almoloya datan del año 1863, y recientemente fueron reabiertos al público. Durante tu visita, podrás acceder a un bar único.
Visitar Puebla es viajar en el tiempo, esta preciosa ciudad de arquitectura colonial es un paso por el tiempo que permite a sus visitantes adentrarse en un México antiguo, en el que –en medio de conflictos políticos y sociales de la historia– subsistía una sociedad que luchaba por mantener la alegría característica de quienes hasta la fecha habitan este sitio. Una forma de adentrarse en la vida cotidiana de aquellas personas es visitar los históricos Lavaderos de Almoloya, construidos de piedra volcánica, los cuales representaban un punto de encuentro para las mujeres indígenas del siglo XIX, que llevaban sus prendas a este lugar para lavarlas con el agua que brotaba por debajo de la ciudad.
Los Lavaderos de Almoloya datan del año 1863, y recientemente fueron reabiertos al público como parte del programa de recuperación del patrimonio histórico del estado. Durante tu visita, podrás llevar a cabo un recorrido por los arcos que rodean los lavaderos y posteriormente continuar caminando hacia la puerta del Cirineo, que te llevará hacia túnel que conecta con la Plaza de las Trinitarias, en donde podrás ver las ruinas del primer convento franciscano de Puebla.
Para concluir tu visita, deberás darte una vuelta por lo que en algún momento fueron los hornos de talavera, típica de Puebla, que además servían para fabricar ladrillos con los que se construyeron algunos de los monumentos más emblemáticos de la ciudad. Pero espera, antes de concluir tu visita, no te olvides de tomarte un drink en el Bar Los Lavaderos, al cual podrás acceder directamente desde el recinto.
Este bar ubicado dentro del hotel Banyan Tree de Puebla es un espacio que busca homenajear el valor histórico del lugar, ya que permite que sus visitantes se sumerjan en el auténtico espíritu del México antiguo, respetando la construcción original, con hermosos candelabros que cuelgan del techo, paredes construidas con piedra y preciosos arcos que crean un entorno único. El lugar además ofrece a sus comensales una amplia variedad de mixología, tapas, botanas y etiquetas muy mexicanas que van desde mezcales hasta vinos nacionales que resultan perfectos para finalizar una tarde de caminata y descubrimiento.
