Ya es oficial: la “adicción a los videojuegos” acaba de ser reconocida como enfermedad por la Organización Mundial de la Salud
A partir de ahora, la “adicción a los videojuegos” será considerada una enfermedad, según ha confirmado la propia Organización Mundial de la Salud en un comunicado. Se incluirá como tal en el CIE-11, la nueva edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades que se va a publicar este mes y, a falta de su paso por la asamblea general, entrará en vigor el 1 de enero de 2022.
No nos pilla por sorpresa. Hace tiempo que se publicó el borrador del CIE-11 y ya se incluía la propuesta de trastorno. Pero el asunto era tan polémico, que no estaba claro si se mantendría en la versión definitiva. Finalmente será así, la OMS se ha decidido y la “adicción a los videojuegos” pasarán a considerarse una enfermedad en muy poco tiempo.
El videojuego patológico
Hace unos meses, la Estrategia Nacional sobre Adicciones 2017-2024 se adelantaba a la decisión de la OMS y recogía entre los campos de actuación las “adicciones sin sustancia o comportamentales, haciendo especial énfasis en los juegos de apuesta (presencial y online), así como los videojuegos y otras adicciones a través de las nuevas tecnologías”.
Desde el sector de los videojuegos manifestaron su “sorpresa” ante una decisión para la que “no hay evidencias ni consenso entre la comunidad científica”. Para resolver este aparente conflicto, nosotros mismos repasamos el estado del debate científico. El asunto, pese al debate entre industria y autoridades, parece claro: hay diseños de videojuegos que son análogos a los juegos de azar (como los que incluyen ‘Loot Boxes’).
Un tipo de juegos que comparten mecanismos etiológicos con las adicciones y pueden producir una enfermedad (el “juego patológico”). Ese descubrimiento, hizo que el “juego patológico” dejara de ser considerado un ‘abuso conductual’ y comenzara a ser considerado una adicción. Y, por lo tanto, al ser análogos, algunos videojuegos podían causar adicción .
Eso no parece en discusión, lo que se debate es si la categoría de “videojuegos” es los suficientemente precisa para usarse en la clínica o acabarán por crear una alarma innecesaria. La OMS parece que se ha decantado por la primera opción y las consecuencias de esto no están del todo claras. No adentramos a una nueva fase del mundo del videojuego.